Fue el apoyo de todo un pueblo lo que le permitió realizar
"La Gran Empresa Cuyana" del Cruce de los Andes, y por ello el 24 de
enero no sólo recordamos los 200 años de la partida de San Martín desde Mendoza
para iniciar su plan de liberación continental, sino que además es una fecha
propicia para traer al presente el legado de un líder transparente y honesto,
que lideraba y gestionaba desde el convencimiento y el esfuerzo personal y el
trabajo cotidiano; un líder que bajo toda circunstancia predicó con el ejemplo:
ante cada esfuerzo que solicitó o contribución que decretaba, él mismo daba el
ejemplo recortando su sueldo, realizando sacrificios y demostrando austeridad
en cada acto de su vida pública como privada.
Ese Líder que
le exigió todo a Cuyo fue el mismo que, junto a su familia, llevó una vida
sencilla y austera demostrando, con sus palabras pero sobre todo con sus
acciones, que no eran momentos de lujo sino de sacrificios por la libertad de
la patria; principios sintetizados en las inmortales frases con las que
arengaba a los pueblos y a la tropa ha realizar la gesta de la independencia
diciendo: "Seamos libres que lo demás no importa nada" porque
"Si somos libres todo nos sobra".
Este es el
ejemplo y el legado de aquel Gobernador Intendente de Cuyo y General en Jefe
del Ejército de Los Andes, pero por sobre todo de aquel vecino de Mendoza, que
hoy a 200 años del inicio de su máxima obra, debemos rescatar y poner en valor,
como un modelo de líder a imitar.
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